Pakistán – Al menos 43 muertos y 30 heridos fue el saldo que dejó un ataque bomba este lunes en el Hospital Civil de Quetta, la capital de Baluchistán, una provincia ubicada al suroeste de Pakistán.
Hasta el momento, la policía pakistaní solo maneja la sospecha de que se trata de un ataque suicida que provocó la explosión, aunque aún nadie se reivindicó su autoría. Luego de la explosión, se escucharon varios disparos.
Las autoridades locales informaron que el incidente ocurrió justo en la entrada del servicio de emergencias del hospital, donde se encontraba el cuerpo de Bilal Anwar Kasi, un importante abogado al que habían disparado horas antes. Kasi, quien era el presidente del Consejo Bar de Balochistán – asociación que defiende la práctica de los abogados y sus derechos en la provincia – fue víctima de varios disparos al momento en que se dirigía al principal complejo de tribunales de la ciudad, así lo informó la cadena de televisión Geo TV.
Las autoridades señalan que, entre las víctimas de este ataque, que fue llevado a cabo algunas horas más tarde, se encuentran los compañeros de trabajo, quienes movilizaron al abogado al centro de salud y los periodistas que estaban haciendo la cobertura de la noticia. 
Entretanto, el ministro principal de Baluchistán, Sanaullah Zehri, aseguró por su parte que a los heridos se les suministrará de la mejor atención médica disponible.
En los últimos tiempos, Quetta ha sido el escenario de varios ataques, donde algunas víctimas recurrentes suelen ser abogados que, de una forma u otra, se encuentran relacionados tanto a la insurgencia separatista como a las tensiones sectarias y al crimen.
El abogado Kasi resultaba ser uno de principales críticos de estos ataques, llegando a condenarlos con rotundidad, y había anunciado en los medios locales que boicotearía durante dos días las sesiones de los tribunales en protesta por la muerte de un colega la semana pasada.
El primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, condenó los ataques tanto contra el abogado como el que fue llevado a cabo en el hospital de Quetta. «La gente, los políticos y las fuerzas de seguridad de Baluchistán se han sacrificado por el país. A nadie le estará permitido alterar la paz de la provincia».