España.- El precio de los alquileres en Barcelona alcanzó su límite tras cinco años de subida, la que comenzó en 2014, así lo reseñó, hace unos días, el portal inmobiliario Idealista y lo confirmaron, ahora, los datos oficiales.
Los datos preliminares del informe del primer semestre de 2018 la Cámara de la Propiedad Urbana, que bebe de los datos de las fianzas depositadas en el Incasól, indica que el precio del alquiler cayó un 2,9% en Barcelona entre enero y junio de este año.
Lo anterior, respecto al semestre pasado; si se miran los últimos cuatro trimestres, el precio por metro cuadrado se mantiene estable, entre 13,10 y 13,61 euros. Los distritos más caros de la ciudad son Sarrià – Sant Gervasi (15,1 euros el metro), Ciutat Vella (14,4) y el Gràcia (13,9).
En tanto, los más económicos, Nou Barris (11), Sant Andreu (11,5) y Horta Guinardó (11,7). Lo curioso es aunque la media baja, el comportamiento no es igual en todos los distritos. Y es que el precio baja en todos salvo en dos de los más periféricos: Nou Barris y Sant Martí.
Contraposturas sobre las estrategias con los alquileres en Barcelona
El gerente de la Cámara de la Propiedad Urbana, Óscar Gorgues, puntualizó los «cuatro trimestres de estabilidad» de alquileres en Barcelona.
«El equilibrio del mercado llega porque la gente no puede pagar» los precios que se estaban pidiendo.
Sin embargo, alertó que mientras en Barcelona los precios se estabilizan, como ha ocurrido siempre en el mercado inmobiliario, «se produce un efecto mancha de aceite y en los municipios colindantes siguen subiendo los precios».
En la misma línea, unos precios que en tiempos de crisis se comportan al revés: primero bajan en la periferia y la caída acaba afectando al centro.
Finalmente, Gorgues también señaló la estabilización de precios a «la presión que tienen los propietarios« con anuncios como la intención del Gobierno de la alcaldesa Ada Colau de poner límites a la subida, que les podría haber llevado a echar el freno.
El gerente apunta además al hecho de que el saldo entre contratos que se terminan y nuevos contratos también puede deberse a la presión a la que se refiere sobre los propietarios.
Podría ocurrir que con las medidas que se quieren tomar se consiga el efecto contrario, que los alquileres en Barcelona no interesen”.