El brutal asesinato y tortura de Fátima, una nena de siete años hallada sin órganos dentro de una bolsa en Ciudad de México, causó conmoción.
En un país que aún no se recupera del crimen contra Ingrid Escamilla, descuartizada presuntamente a manos de su pareja, amaneció con el estremecimiento de la noticia de una nueva injuria, esta vez contra un nena de apenas 7 años de edad.
El suceso se conoció el lunes, horas después de que el presidente Andrés López Obrador le reclamara a integrantes de grupos feministas por pintar consignas en puertas y paredes durante las protestas contra femicidios, como los que hicieron hace días en la sede del gobierno.
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El asesinato y tortura de Fátima
El cuerpo de la niña Fátima Aldrighett, de 7 años, fue encontrado en la alcaldía Tláhuac, un barrio popular en el sudeste de la capital. La denuncia por la desaparición de la menor se produjo el pasado 12 de febrero cuando, según vecinos, la secuestraron tras salir de la escuela.
Pero este lunes la indignación y la presión se dispararon sobre un gobierno que se presenta incapaz de contener la crisis de violencia. En México las cifras de homicidio rondan los 90 crímenes diarios, diez de ellos femicidios.
Horas después de conocerse el macabro hallazgo, una tía de la menor, Sonia López, apareció entre lágrimas ante la prensa mexicana frente a la fiscalía general de Ciudad de México y responsabilizó a las autoridades por el asesinato y tortura de Fátima.
En el barrio Xochimilco, también en el sur de la capital, padres de familia de la escuela a la que asistía la nena reclamaron que se hiciera justicia.
«Este pueblo está olvidado; ya no puede uno salir a la calle, a la tienda, porque uno es asaltado», dijo una madre al canal Milenio TV.
Consultado sobre el caso, López Obrador dijo que está trabajando para evitar estos casos y responsabilizó la situación del país a «una degradación progresiva que tuvo que ver con el modelo neoliberal», que afirma querer transformar desde que asumió en diciembre de 2018.