Según un estudio realizado por la Universidad de Alicante (UA) y la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, existe una vinculación entre la presencia en sangre u otros fluidos corporales del compuesto químico Bisfenol A y el avance de la enfermedad de diabetes tipo 2.
Es así como el Bisfenol A, también llamado científicamente como BPA y cuyos efectos nocivos ya son altamente conocidos, no deja de representar la consecuencia principal de las sociedades avanzadas, debido a que es empleado en gigantescas cantidades para fabricar elementos plásticos, así como resinas presentes en envoltorios y latas de conservas de frutas, empastes dentales y otros utensilios de la vida diaria.
En este sentido, numerosas investigaciones científicas mantienen que este componente endocrino bloquea o intercepta las acciones hormonales, específicamente de los estrógenos y lo consideran un integrante de riesgo asociado a múltiples patologías, tales como la obesidad, la diabetes y en caso concreto, algunos tipos de cáncer.
En el mismo orden, los estudios llevados a cabo emplearon como modelo piloto la célula beta del órgano del páncreas, integrante del sistema endocrino del ser humano. La función de esta célula, también conocida como beta pancreática, es la de producir insulina para regular los niveles de glucosa en sangre del organismo.
Bisfenol A
El bisfenol A es un elemento químico constituyente de la fabricación de todo tipo de plásticos policarbonatos, latas de alimentos o bebidas gaseosas, recibos de compras o extractos bancarios, incluso, biberones para niños.
Su estampa en los productos que manejamos en la vida cotidiana es tan común, que un estudio del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) acreditó que más del 90% de los estadounidenses tienen esbozos en su cuerpo de esta sustancia química, aunque ordinariamente por debajo de la «dosis diaria tolerable». Un origen de seguridad que para la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de Francia (Anses) está subestimado, pues ha sostenido en repetidas ocasiones que puede ser crecidamente perjudicial para las generaciones futuras, especialmente en lo que respecta al cáncer de seno.
En la misma perspectiva, la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (AESA) divulgó un ensayo donde alerta que los niños de entre tres y diez años son los más expuestos al Bisfenol A en relación a que su ingesta de alimentos en relación a su peso corporal, es preferente a la que se da en otras edades.