Uruguay.- La caída del dólar y el infortunio de las relaciones actuales del Mercosur son dos de las predisposiciones más enérgicas en la región, que se mantienen generando una marcada influencia en la producción agrícola de Uruguay. De manera específica, la valorización de la moneda de Brasil dio un empuje estratégico en los últimos meses a las exportaciones de Uruguay en rubros como arroz y productos lácteos.
En este sentido, surge una demanda en momentos que otros mercados han decaído progresivamente para estos rubros. La decepción de la cosecha brasileña de arroz y la muy concordada disponibilidad de leche realzaron los costos internos y las transacciones hacia los países vecinos.
Una apresurada evaluación del real – moneda de Brasil- frente al dólar preferente durante el 2016, en relación a la moneda de Uruguay– también favoreció la capacidad de pago para los importadores brasileños. No obstante, no resulta claro que estos estándares comerciales se sostengan en el tiempo.
Brasil posee necesidades e intereses muy fuertes en juego y las distinciones arancelarias regionales resultan quebradizas. Lo demostró durante la última semana al dar inicio a una cuota de importación sin tarifa de trigo de fuera del Mercosur concordando con su ansiado camino al mercado de carne vacuna de Estados Unidos. Y se prevé que Norteamérica sea el principal beneficiario de este cupo para la importación del cereal.
Habría, entonces, que fructificar esta petición desde Brasil pero estando al corriente que, como todo gigante, puede propiciar tendencias bruscas sin tomar en cuenta lo que puede formar a los que están cerca. Y hoy el Mercado Común del Sur –Mercosur- no es carta de sustento para pretender casi nada. La carestía es lo que genera oportunidades.
Precio récord del arroz en Brasil
En la zafra de los años 2015-2016, la fabricación y producción brasileña de arroz fue de once millones de toneladas, un desplome de 16% o dos millones de toneladas en relación al ciclo anterior, según las cifras arrojadas por la estatal Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab).
En este contexto, el consumo sería habitualmente el mismo lo que, según el consorcio dependiente del Ministerio de Agricultura, acarreará a triplicar las importaciones hasta un millón de toneladas base cáscara.
Los accionistas regionales de Brasil han sido los principales favorecidos por la mayor demanda y por el encarecimiento del arroz brasileño en el frente exportador.