Río 2016.- El nadador australiano Kyle Chalmers ganó el día de ayer la prueba máxima de la natación a nivel Olímpico, que es la prueba de los 100 metros. El nuevo monarca de esta prueba de la natación Olímpica tiene apenas 18 años de edad. El joven australiano también ha rotó ya en tres veces el récord mundial júnior, todo esos nuevos récord en estos Juegos Olímpicos.
La natación mundial ahora tiene un nuevo rey de la prueba reina masculina, que es la de los 100 metros. El nuevo rey que se ha proclamado en Río 2016 y es el más joven de todos los posibles candidatos a la medalla de oro, el australiano Kyle Chalmers, que recién acaba de cumplir los 18 años de edad.
El nadador australiano posee una gran un físico para su edad. En la prueba ya se había notado como el actual campeón se quedaba en el camino justo hacia el final de dicha prueba, el chino Zetao Ning. Por su parte los representantes franceses lograron llegar a la final de nadadores con mucha categoría para lucir sus medallas como el campeón en Lóndres 2012, el estadounidense Nathan Adrian y su compatriota Caeleb Dressel, campeón universitario este mismo año de las 100 yardas, el medallista de plata en Kazán, el también nadador australiano Cameron McEvoy o el canadiense formado en los Estados Unidos Condorelli.
Pero el australiano Chalmers, que luego de retirarse de la disciplina de la natación aspira a ser mánager de jugadores de fútbol en el continente europeo, posee una aceleración progresiva increíble. Luego de voltearse en la primera vuelta pudo alcanzar su máxima velocidad y con su cuerpo y sus fuertes piernas fue remontando cada una de las posiciones en la competencia, comiéndose a los rivales uno tras otro, hasta ganar con un tiempo de 47.58 segundos.
El rey de los 100 metros libres logró de esta forma romper la maldición que impedía a los nadadores australianos ganar un oro olímpico desde que lo hizo Wenden en los Juegos México 1968. Ni Magnussen en el año 2012, ni ahora McKevoy, que llegaron a Río como los más rápidos nadadores del mundo ha conseguido concretar algún tipo de triunfo.