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9 junio, 2023 5:57am

Colombia y Gran Bretaña en los ojos del mundo

El contexto internacional nos ha dejado dos sucesos puntuales que se apoderaron de toda la atención. La firma de paz entre las FARC y el gobierno colombiano; así como la salida de Gran Bretaña, por intermedio del Brexit, de la Unión Europea.

Ambos escenarios de corte político, sin duda, animan a ensayar profundas reflexiones por separado. El impacto de llegar a un acuerdo de poner fin a una guerra tras más de 50 años, en el caso de Colombia; y salir de un bloque comercial poderoso como lo es la Unión Europea a través de un referéndum -que ahora es lamentado- por parte de los británicos, no se observan frecuentemente en el plano mundial. Más aún si se preveían los resultados que ahora observamos.

Por el lado de Colombia, desde que inició los diálogos de paz en La Habana en el 2012, se preveía poco factible que termine su conflicto con la guerrilla de las FARC ya que en el pasado hubo intentos para deponer las armas. Desde los ex mandatarios Belisario Betancourt hasta Carlos Andrés Pérez, existieron tales iniciativas conciliadoras pero al final no se registraron consecuencias positivas sino negativas. Prueba de ello es que más de 4 millones de personas fueron asesinadas y 45 mil resultaron desaparecidos durante todos estos años de conflicto armado.

Sin embargo, en esta oportunidad, Juan Manuel Santos logró liderar este proceso con éxito y algunos sustos ya que ha tenido sus altos y bajos como los enfrentamientos militares con las FARC, las cuales no cesaron mientras se conversaba de paz en Cuba de manera cautelosa y con gran solvencia política. También tuvo que soportar la abierta oposición de algunos personajes políticos importantes, como la del ex presidente Álvaro Uribe, quien libró una lucha frontal contra los paramilitares en sus años de gestión.

Y de por sí, resulta un éxito importante cerrar esta brecha pendiente, como lo es el tema de la lucha armada, en Colombia, pues, este país siempre ha tenido una de las democracias más sólidas e institucionales de América Latina desde siempre. Por lo que la existencia de luchas internas dentro del territorio cafetero sólo deja pérdidas humanas que lamentar.

A diferencia de este hecho trascendental que ocurre en nuestro continente, en Europa también se vive otro contexto de suma importancia. Pues, Gran Bretaña –mediante un referéndum- dictaminó su salida de la Unión Europea, y así se convirtió es la primera nación en abandonar este bloque comercial, desde que se creara en 1993. En este caso, se pensaba que la opción de alejarse del espectro político europeo era utópica dado que, en estos tiempos de crisis, no es conveniente desprenderse de la inversión que destina la Comunidad Europea a las arcas económicas británicas.

Por ello es que el primer ministro inglés, David Cameron, se mostró confiado en que sus compatriotas no se guiarían por la independización de Gran Bretaña  de la UE, y, por consiguiente, accedió a que se realice el proceso del Brexit y que de paso acabará políticamente con la ultraderecha UKIP, principal impulsador del referéndum. No obstante, todo le salió al revés a Cameron, pues, ganó la opción del Sí.

Tras esto, las consecuencias no se hicieron esperar ya que la caída brusca de las bolsas del mundo así como la devaluación de la libra, sin duda alguna fueron los primeros impactos de la incertidumbre generada por este desprendimiento.  Y lo que se prevé es que haya más consecuencias en los próximos meses para Gran Bretaña en términos económicos. Cómo también social, por este duro golpe político. Por ahora, un sector de los británicos ya evalúa el regreso, lo que sería lo más conveniente en las actuales circunstancias por las que atraviesa Europa, sin considerar los avances de los ataques terroristas promovidos por ISIS.

Gran Bretaña está casi de rodilla ante lo que parece una decisión errada por el apresuramiento de la voluntad popular de sus propios habitantes. La información y el diálogo parecen ser las claves en estos dos casos, mientras que a los colombianos, tuvieron éxito, más allá, en un país del primer mundo, la carencia de conocimientos de las consecuencias de querer salirse de la UE, podría hacerlos retroceder y evitar una catástrofe mayor si es que no sabe cómo bregar en un nuevo escenario político.

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