Pocos debates siguen tan vigentes en el mundo de la gastronomía como el del origen del dulce de leche. Habiéndose consagrado ya como un elemento icónico de la cultura rioplatense, esta dulce y cremosa golosina está envuelta por una mística popular y una serie de historias que distorsionan su origen, el cual es históricamente muy difícil de definir con certeza.
Por eso, vamos a repasar uno a uno todos los orígenes que se le atribuyen al dulce de leche a lo largo y ancho del mundo, para que cada uno pueda sacar sus propias conclusiones.
Argentina
Quizás la historia con la que más estamos familiarizados. Se cuenta que, allá por la época en la que el conflicto entre unitarios y federales estaba en su climax, Juan Lavalle y Juan Manuel de Rosas lograron llegar a un acuerdo y se disponían a firmar un acuerdo de paz.
El día en que se llevaría a cabo la reunión para cerrar el pacto, Lavalle arribó a la estancia de Rosas antes que éste, por lo que, agotado, se echó a dormir en la cama del general. Una criada lo encontró allí y, aterrada, mandó a llamar a los guardias.
Para cuando todo el malentendido estuvo resuelto, la criada recordó que había dejado la lechada (una mezcla de leche y azúcar con la que solía cebarse el mate) calentando en el fuego.
Cuando fue hasta la olla, para su sorpresa, se encontró con un brillante y espeso caramelo reposando en el fondo. Dicho caramelo es lo que popularmente empezaría a conocerse como dulce de leche.
Francia
Sí, Francia. Aunque a muchos pueda sorprenderlos, el dulce de leche es muy popular ahí, y los franceses tienen su propia historia sobre cómo se descubrió el dulce de leche en su país.
La historia es sospechosamente parecida a la ya contada, solo que, al estar ambientada en el marco de la Revolución Francesa, su protagonista no es Juan Manuel de Rosas sino Napoleón Bonaparte, cuyo cocinero personal se olvidó de quitar la leche con azúcar del fuego, descubriendo el dulce de leche y luego difundiendo su receta por todo Francia.
Indonesia y las Filipinas
Dado que el proceso que deben atravesar la leche y el azúcar para convertirse en dulce de leche es relativamente sencillo y habitual, no hay que descartar la posibilidad de que hubiera sido descubierto por civilizaciones mucho más antiguas.
Tal es el caso de Indonesia, de donde se han recuperado fuentes que datan de muchos siglos en el pasado, previo incluso a las colonizaciones europeas, en las cuales se pueden hallar pruebas de que ya en medio oriente se fabricaba y consumía un producto muy similar al dulce de leche que conocemos hoy en día.
Dicho producto, dado su éxito, habría sido posteriormente exportado hasta las Filipinas y otras islas de los alrededores. Al ser conquistadas por los españoles, éstos, fascinados por el dulce producto, comenzaron a llevarlo a todos sus nuevos territorios, sobre todo a América Latina.
Rusia
Francia no es el único país europeo donde se consume dulce de leche. Sin embargo, para los habitantes del país que adora a Natalia Oreiro, decir que el dulce de leche es argentino (o de cualquier otro país que no sea el suyo) podría ser muy mal visto.
En Rusia, éste es un producto que se remonta a la época de los tártaros, quienes lo producían y consumían regularmente, y cuya receta tradicional perdura hasta la fecha.
Uruguay
Y, por último, el máximo contendiente, junto con la Argentina, para autoproclamarse el inventor del dulce de leche.
Compartiéndolo como uno de sus patrimonios gastronómicos, la historia que los uruguayos le adjudican a la invención del dulce de leche se remonta a la época colonial, donde eran los propios esclavos quienes lo descubrieron en un intento desesperado por que no se les pudriera la poca leche y azúcar con los que contaban.
Y entonces, ¿de dónde viene el dulce de leche?
Todo apunta a que, de momento, seguirá siendo un misterio. Queda a interpretación de cada uno decidir cuál de estas historias es la más probable, e invitamos a dejar un comentario a quien crea tener información relevante o una nueva versión del origen del dulce de leche.
Lo que más felices debería dejarnos es saber que tenemos el privilegio de vivir en un país en el cual se puede acceder a este manjar de una manera tan sencilla y económica.
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