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4 junio, 2023 2:52pm

Educación y Vocación vistas desde la Modernidad Líquida

Zigmunt Bauman, el recién fallecido filósofo polaco, creador del concepto modernidad líquida, afirmó en una entrevista que: “No vamos a deshacernos de la realidad, el problema es cómo utilizarla”. Una frase bien importante cuando la conectamos con Educación y Vocación.

En este contexto, la educación juega un papel considerable desde el punto de vista de la calidad y permanencia de sus contenidos y, obviamente, la incidencia de los mismos en lo que atañe a la elección de carreras profesionales. Se podría decir a este respecto; que muy poco hace la estructura actual de los sistemas educativos en favor de la creación de consistentes y perdurables criterios vocacionales. 

A estos efectos, la educación, diversificada en múltiples intereses, apunta hacia la generación de actitudes y aptitudes que respondan a las exigencias abrumadoras del mercado de trabajo. Un mercado enmarcado dentro de pautas y necesidades que suelen prescindir, en cualquier instante, de trabajadores cualificados, abandonándolos a su peor suerte. 

Educación Y Vocación Relacionados Con La Tecnología

La educación, ha insistido  Bauman, es víctima de la modernidad líquida. El pensamiento y los haceres vocacionales están siendo influenciados dramáticamente por la tecnología. Un solo ejemplo lo pone en evidencia. Existe en casi todos los ámbitos de la realidad, una notable crisis de atención. Concentrarse es dedicarse por un tiempo prolongado a una cuestión muy importante; pero cada vez somos menos capaces de hacer esto en forma correcta.  

Ello explicaría, en gran medida, la actitud indiferente de gran parte de los jóvenes cuando intentan responder a la búsqueda detallada y preocupada de carreras que le garanticen un futuro prometedor. La persistencia en el compromiso tiende a disolverse en un mar de dudas y de incertidumbres que suelen terminar en el abandono escolar o en el fracaso profesional. Nada garantiza hoy estabilidad y compromiso profesional.  

Los profesores, por su parte, se quejan porque no consiguen lidiar con ello. Ni siquiera pueden leer un artículo que se les pide a los alumnos para la siguiente clase. Buscan citas, atajos, fragmentos y excusas varias. La realidad de estos jóvenes está en otro lugar y la escuela se encuentra en otro espacio muy distinto a sus intereses. 

Enseñar No Solo Es Un Acto De Transmisión De Conocimiento

En consecuencia, nos debería importar el hecho de que ser profesor o profesora, no es solamente un acto de transmisión de conocimiento; ello implica, mejor, motivar a los estudiantes a querer aprender, a enamorarse del conocimiento, acompañarlos en su proceso de aprendizaje para la vida; para una buena vida, y exhortarlos a ser partícipes de su propia educación y vocación.

No me cabe la menor duda de que la vocación debe ser el hilo conductor e ineludible de la acción docente. Vocación es la energía que impulsa a crear habilidades y actitudes para ser un mejor profesional, pues de lo contrario el ejercicio de una determinada carrera, terminará colisionando con creencias de marcado sesgo  excluyente y tramposas, tales como la posición social y económica; el prestigio; así como las desventajas del sistema socioeconómico prevaleciente, dando así lugar a la frustración e insatisfacción profesional.

Es necesario saber que, al fin y al cabo, la vocación representa nuestros sueños más anhelados, nuestras ilusiones, aquello que nos inspira, nos apasiona y, desde luego, constituye  la expresión más clara de nuestros valores. Por eso, los profesionales con verdadera vocación; logran abrir caminos en la búsqueda de nuevos retos y paradigmas que, sin duda, puedan ofrecer a la sociedad un cambio significativo.

Se trata de un cambio que motive e induzca al placer de trabajar con eficiencia y placer, con satisfacción y sentido pleno de la estima personal. Educación y vocación vistas desde la modernidad líquida sintetizan en al actual espacio socioeconómico. 

Víctimas De La Debilidad Vocacional

Muchos profesionales, quizá víctimas de una debilidad vocacional o inducidos por necesidades contrarias a sus verdaderas aptitudes, en la actualidad han caído en el letargo del conformismo, han perdido el sentido de la innovación, la creatividad y el entusiasmo; lo que hace del espacio laboral un lugar aburrido, muchas veces hostil, tal vez debido a la falta de reconocimiento y a la poca motivación.  

 ¿De qué modo se puede lograr mantener una vocación profesional sostenida en el tiempo? Responder esta interrogante implica  formularse nuevos retos de lucha consigo mismo, conduce  a interiorizar que, sin la disposición debida al cambio personal; no habrá lugar a un trabajo que satisfaga plenamente nuestras más íntimas necesidades y expectativas. 

Como consecuencia de una visión errónea que la humanidad ha tenido del mundo, los procesos profesionales se han visto influidos en la práctica con la transmisión del conocimiento de manera mecánica, careciendo de espacios dinámicos que conduzcan a la construcción del mismo de una forma creativa; y limitando a quienes ejercen una profesión, a escuchar sin participar, a imitar y no crear, cercenándoles el vital hecho pensar y analizar.

Nuevos Modelos Mentales

En este sentido, conviene generar nuevos modelos mentales que conlleven a ver un mundo de posibilidades y en donde podamos ejercer una carrera de manera selectiva y colectiva; lo que a su vez ayudará a integrar a la humanidad y su entorno como un todo.

Requerimos, a mi juicio, de una escuela diferente, la cual tome en cuenta que aprender significa sentirse bien, promover autonomía, es decir, aprender para la vida y durante toda la vida sin evadir los cambios climáticos, económicos, la globalización y la salud. Por tanto, cada profesional debe empezar a luchar por su libertad, por su deseo de ser sujeto activo del cambio social, del fascinante viaje que implica la transformación de los individuos en seres sociales.

La renovación sistemática  de contenidos, es un elemento clave en el proceso educativo. Las metodologías, tecnologías y paradigmas nuevos, exigen  formas diferentes de organizar y demostrar los contenidos. Por tanto, la reorganización de estos contenidos debe hacerse de modo distinto a lo tradicional; poniendo en práctica nuevas maneras de participación en el escenario laboral.

Precariedad De Las Condiciones Sociales

Tal vez por ello, la precariedad de las condiciones sociales básicas para vivir prevalecientes en los actuales modelos económicos de América Latina, se convierten, a la luz de las vocaciones bien diseñadas; en un gran desafío para los profesionales y, desde luego, para los sistemas educativos. 

Esto obligaría a trabajar y a luchar arduamente para cambiar ciertos  pensamientos anquilosados y, asimismo, la forma de aprender en contra de todo un sistema tradicional y resistente al cambio. Educación, vocación y modernidad líquida trazan un rumbo incierto pero sugestivo.

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