Costa de Marfil.- El próximo jueves se cumplen 10 años de un crimen ecológico que a la fecha sigue afectando la vida de cientos de personas
El Probo Koala se encontraba cargado con toneladas de residuos tóxicos de petróleo, residuos que otros puertos se negaron a recibir y ante la negativa de esos, el buque vació su veneno en barrios de la capital de Costa de Marfil.
El buque transportaba una cantidad exorbitante de basura tóxica por encargo de la empresa británico-holandesa Trafigura, cuya sede se encuentra en Ámsterdam, y de la cual su dirigencia estaba directamente involucrada en este crimen ambiental. Pese a que Trafigura ha indemnizado a las 31.000 víctimas y ha costeado trabajos de recuperación de las zonas contaminadas, esta empresa, hasta los momentos, no ha querido reconocer su culpa.
Muchos de los habitantes de Costa de Marfil siguen padeciendo las consecuencias del envenenamiento. Este caso deja en evidencia como algunos países industrializados aún tratan al mal llamado “Tercer Mundo”.
[pullquote]En Akuedo cada vez que llueve rebrota la pestilencia. Akuedo es un barrio marginado de la capital de Costa de Marfil.[/pullquote]
Este barrio es el hogar de Inocencio Kassi, habitante que nunca olvidara la noche del 18 de agosto de 2006, esta fue la noche en la que los residuos industriales de Europa convirtieron tanto su vida como la de sus vecinos en un infierno: “De pronto comenzó a heder y en un momento ya casi no podíamos respirar en nuestra propia casa. Así que salimos a las calles, pero era peor. Pasamos una noche de horror respirando a través de paños húmedos”.
El carguero Probo Koala, de Trafigura, había vagado durante varias semanas por el Atlántico. ¿Qué contenía? Una carga extremadamente tóxica de residuos químicos de limpieza, gasolina y petróleo crudo, la cual no era posible de deshacerse legalmente. Finalmente, en el puerto de Abidjan, la empresa decidió bombear las 600 toneladas de tóxicos directamente en camiones cisterna y, de manera secreta, vació su contenido venenoso en diferentes lugares de la ciudad. Por lo menos 17 personas murieron inmediatamente y decenas de miles resultaron envenenadas.
“Por los residuos tóxicos ha habido abortos y algunos bebés nacen con deformaciones. Aún estamos sufriendo las consecuencias, y no tenemos el dinero para irnos”, dice Thierry Gohore, habitante de la zona.
Los habitantes de Costa de Marfil hoy sufren todavía de enfermedades respiratorias crónicas, erupciones cutáneas y problemas visuales. Los casos de cáncer en Akuedo han aumentado de manera de dramática, pero aun así, “los médicos se abstienen de declarar los males como consecuencia directa de los tóxicos derramados, por temor a demandas del Grupo Trafigura”, aseguró Christine Melai, quien desde entonces sufre de una alergia severa y gasta su dinero en medicinas. Desde hace tiempo que los 1.000 euros de la indemnización (compensación que Christine considera “una broma”) se terminaron en gastos médicos.
El gobierno fue cómplice del crimen
Trafigura finalmente tuvo que hacerse cargo de algunos de los costos para la eliminación de residuos tóxicos.
Pese a que en 2009 la empresa consintió pagar una compensación, esta no cumplió. Para el año 2014, un tribunal de Londres indicó que la empresa debía pagar mil euros a cada una de las 5.000 víctimas que consiguieron demandar, pero a la fecha, este es un dinero muchas víctimas todavía esperan.
“Después de diez años aún no se ha podido establecer la culpabilidad por una instancia internacional independiente”, afirmó Denis Yao, presidente de la asociación de víctimas. Pero lo cierto es que Laurent Gbagbo, el presidente de Costa de Marfil para la fecha, estuvo involucrado en el escándalo. Yao finalizó afirmando que “empresas como Trafigura son una vergüenza para Europa, pero sin la ayuda de Gobiernos corruptos en África, los corruptos de otras partes no hubieran podido causar tanto daño”.