Este domingo 9 de agosto, el papa Francisco expresó su solidaridad con el Líbano, volviendo a abogar para que el mundo ayude «generosamente» a este país sumido en la destrucción por la doble explosión producida hace cinco días que causó decenas de muertos y enorme destrucción en Beirut.
«Durante estos días, mis pensamientos vuelven con frecuencia al Líbano«, señaló el Papa, después de su tradicional oración del Ángelus dominical, desde su balcón ante la Plaza de San Pedro en el Vaticano. «La catástrofe del martes pasado nos insta a todos, comenzando por los propios libaneses, a trabajar juntos por el bien común de este país querido«, rogó.
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Solidaridad y tolerancia
Durante la oración del Ángelus, el sumo pontífice destacó que «el Líbano tiene una identidad muy particular, es el fruto del encuentro de diferentes culturas, que se ha convertido con el tiempo en un modelo de convivencia»; por lo que llamó a la unión y la tolerancia.
«Por supuesto, esta coexistencia ahora se ha vuelto muy frágil, pero rezo para que, con la ayuda de Dios y la participación leal de todos, pueda renacer libre y fuerte», añadió el papa Francisco, invitando a «la Iglesia del Líbano a estar junto al pueblo», porque «sufre, y mucho…».
Al mismo tiempo, el papa Francisco renovó su llamado a la «ayuda generosa de la comunidad internacional» y solidaridad con el Líbano, brindando una calurosa bienvenida a un grupo de libaneses presentes en la Plaza de San Pedro, que reconoció por la bandera que enarbolaban.
Este llamado tiene lugar el mismo día que Francia organiza una conferencia de ayuda internacional a través de video-conferencia a favor del país del Cedro, tres días después de una visita, el jueves, del presidente Emmanuel Macron a la capital Beirut, traumatizada por las explosiones y sus consecuencias y en estado de rebelión contra su clase dirigente, acusada de negligencia y corrupción.