Los esfuerzos por rescatar a Julen, el niño de dos años que cayó a un pozo en el sur de España, comenzaron hace una semana, pero ahora se acercan a su etapa más peligrosa, según información de uno de los ingenieros del equipo de rescate.
Julen cayó al pozo el pasado 13 de enero, mientras su familia paseaba por una finca privada en Totalán, Málaga. Hasta los momentos, no ha habido señales de vida.
Los trabajos de rescate han sido lentos, los mineros perforan un túnel paralelo día y noche con la esperanza de acortar el camino para poder rescatar este martes a Julen. Sin embargo, el equipo se encontró con materiales más duros al perforar el túnel horizontal.
Por su parte, un funcionario dijo que había riesgo de colapsos adicionales.
“Lo que queda es la parte más peligrosa para el hombre”, declaró el delegado del Colegio de Ingenieros de Minas del Sur, Juan López Escobar, a Canal Sur.
Asimismo, expresó su confianza en el equipo de rescate, al que definió como “mineros de élite, de lo mejor que hay en el mundo”.
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Los descubrimientos para el rescate de Julen
Los equipos de rescate descubrieron que el pozo -de 100 metros de profundidad y 25 centímetros de ancho- estaba bloqueado con tierra, lo que aumentaba los temores de que la tierra hubiera podido caer sobre el niño.
El lunes por la mañana, los equipos de rescate habían perforado más de 50 metros, siendo la cota de profundidad de 60 metros, dijo a los periodistas el ingeniero jefe en el rescate, Ángel Vidal.
A este grupo de rescate de mineros e ingenieros españoles se sumaron los trabajadores de una compañía sueca que ayudó a localizar a 33 mineros chilenos rescatados después de 69 días bajo tierra hace más de siete años.
Además, otros niños y familias realizan vigilias nocturnas en toda España para mostrar su apoyo a los padres y familiares de Julen.
El periódico El País dio a conocer que los padres de Julen sufrieron otra enorme pérdida, cuando en 2017 su hijo de tres años murió repentinamente al sufrir un paro cardíaco mientras caminaban por la playa.