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1 octubre, 2023 2:11am

¿Es posible el juego responsable y la participación lúdica en las apuestas?

La industria del juego online facturó en España en 2019 unas cantidades similares al 0,9% del PIB nacional. Para esa fecha, este sector empleaba casi a 85.000 personas. De todas las modalidades de juego, las apuestas deportivas suponen la más atractiva para los que se inician en esta actividad.

En ese ejercicio, las diferentes casas de apuestas y los operadores de apuestas lograron un beneficio de más de 740 millones de euros. Esto implica casi triplicar la cifra del año 2014. Desde que se legalizara y regulara este sector en España, en el año 2011, la industria no ha dejado de crecer. Eso se observa en la proliferación de casas de apuestas que operan a través de internet, como podemos observar en este enlace.

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El juego y los problemas de adicción

Este crecimiento exponencial de la industria se ha reflejado en ocasiones en un acceso indiscriminado por parte de los consumidores de internet a la industria. Las facilidades para apostar, participar en partidas de póker o jugar a slots y bingo, así como estrategias de atracción de jugadores, los denominados bonos de bienvenida, han ido causando problemas de adicción.

El juego patológico está considerado como una adicción psicológica por parte de la Asociación Americana de Psiquiatría desde el año 2013. El DSM 5, el manual que clasifica los trastornos psiquiátricos, incluye el juego patológico dentro del grupo de trastornos adictivos como una adicción no relacionada con sustancias.

Pasar de un juego lúdico a un juego compulsivo y peligroso es en ocasiones atravesar una frontera muy diluida, que no es fácil controlar. Por ello, desde las principales entidades que regulan el juego, así como los operadores de esta industria, se insiste mucho en promover comportamientos seguros para no cruzar ciertos límites.

¿Cómo diferenciar el juego online seguro, las apuestas por diversión, de los comportamientos adictivos?

El problema con la adicción al juego es que las empresas que participan de esta industria lo anuncian como un sector seguro y lo envuelven con una pátina de elegancia, distinción, diversión y adrenalina que acaba atrayendo a cientos de miles de personas.

El momento clave para saber si se tiene adicción al juego y problemas de ludopatía es cuando apostar o jugar ya no es visto como un hobby, sino como una necesidad. A partir de ahí aparecen ya situaciones que pueden tener difícil resolución: pérdida de estatus económico, dificultad en las interacciones sociales y las relaciones afectivas y la necesidad constante de seguir jugando.

Existen varios indicadores que señalan la adicción, la ludopatía: la pérdida constante de dinero y la necesidad de seguir dedicando tiempo a esta actividad, pensar en el juego como una vía de escape a problemas en el día a día o considerarlo como una opción viable para recuperar pérdidas anteriores, no poder controlar los estados emocionales y mostrarse más irritable y nervioso, y finalmente que el vórtice del juego lleve a más pérdida de calidad de vida, relaciones sociales y proyectos laborales o académicos.

¿Cómo poner freno a estas situaciones desde las administraciones y la propia industria?

El Ministerio de Consumo en España comenzó a legislar el año pasado para evitar la publicidad masiva de casas de apuestas. A su vez, la Dirección General de Ordenación del Juego, que es la entidad responsable de este sector y depende del ministerio citado insiste en jugar de manera responsable.

Los operadores están obligados a promover el juego responsable, que consiste en prohibir la participación a los menores de edad en apuestas deportivas, juegos de casino y otros juegos de azar. Para el resto de jugadores, sin privarles la posibilidad de participar en esta industria, se recomienda introducirse en ella de manera racional y sensata, teniendo en cuenta los problemas que puede acarrear a nivel mental, económico, laboral y social.

Cuando se pierde el control sobre el juego, las apuestas o los juegos de casino pasan a ser un problema. El usuario responsable juega para divertirse y entretenerse, no para ganar dinero. Los juegos de azar no son un camino fácil a ganar dinero, sino que han de circunscribirse únicamente al escenario de la suerte, la fortuna.

Por ello, jugar con responsabilidad implica no hacerlo para evadir problemas ni recuperar pérdidas, sino pensar en esta actividad como una forma de diversión, un entretenimiento lúdico.

Desde la psicología tratan los problemas de ludopatía con dinámicas similares a cualquier otra adicción. Los profesionales de la disciplina insisten en que es necesario un mayor control por parte de las administraciones, pues el problema puede volverse crónico en muchos jugadores, especialmente quienes se inician en la industria siendo muy jóvenes.

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