En una situación similar al paro indefinido de PDVSA en 2002, hoy los venezolanos deben pasar entre tres y cuatro horas cada dos días en kilométricas filas para poder surtir sus vehículos con 40 litros de gasolina en las estaciones de servicio. El origen de este problema, que tiene mayor gravedad en los estados Zulia y Táchira (occidente), es el colapso en la producción de la estatal petrolera. El racionamiento de gasolina en Venezuela parece inminente.
Ante esa realidad que ha generado colapso en el sistema de transporte nacional, tanto público como particular, el presidente Nicolás Maduro anunció una medida con la que se da lugar a dos escenarios de alto riesgo para el país.
Durante su discurso en la sesión del pasado sábado del IV Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Maduro anunció que se realizará un censo nacional del 3 al 5 de agosto para que todos los dueños de vehículos automotores se registren en un nuevo sistema de distribución de gasolina vinculado al sistema Carnet de la Patria (mecanismo electrónico de distribución de bonificaciones y subsidios).
Lo que el mandatario dio a entender con ese polémico anuncio comprende dos escenarios: el primero, un posible racionamiento en el consumo del combustible; y el segundo, un posible aumento del precio de la gasolina.
Según Francisco Monaldi, analista petrolero e investigador de políticas públicas del Instituto Baker, “Maduro parece anunciar que habrá racionamiento de gasolina usando el Carnet de la Patria. Posiblemente suban el precio de la gasolina sustancialmente y con el carnet se obtendrá una ración al precio inferior”.
Esto implica que debido a la caída en la producción petrolera de PDVSA, sus ingresos han disminuido entre 10.000 y 30.000 millones de dólares, lo que ha reducido la producción de gasolina y ahora su consumo interno podría ser regulado para rendir los inventarios disponibles hasta ahora, así como para que el Gobierno pueda incrementar la oferta de combustible con un ajuste de precios que lo ayude a reponer su elevado costo de producción. Un aumento en el precio de la gasolina parece inminente también.
Sin embargo, analistas aseguran que el error de Maduro al pretender obligar a los venezolanos a regular su consumo de gasolina con el Carnet de la Patria está en que no se puede regular el consumo de un hidrocarburo que no se produce en Venezuela.
La gasolina que consumen los venezolanos la produce Citgo, la filial surtidora de gasolina de PDVSA en Texas (EE.UU.). El problema es que esa compañía es objeto de demandas por ser la garantía de la deuda externa del Gobierno (en default) y está sujeta a un bloqueo en operaciones de crédito público por el Gobierno de Estados Unidos. Sin esos créditos no puede funcionar.
Esas sanciones afectan la inyección de gasolina al mercado interno venezolano, aunado a que su costo de importación es muy alto para el precio que tiene en bolívares (Bs. 1 y Bs. 6) y en dólares (US$ 0,00002625). Se trata de la gasolina más barata del mundo.
A juicio de Monaldi, el consumo interno podría colapsar si el Gobierno no libera el stock de gasolina que PDVSA no distribuye para exportarlo.
Un ajuste del precio a montos de mercado internacional (más de 1 dólar por litro) implica que PDVSA deberá gastar más dólares (de los que no posee por su déficit en flujo de caja) para producir más gasolina.
El problema radica en que la estatal no tiene los recursos para aumentar esa producción debido a que ha gastado más de 5.500 millones de dólares para subsidiar el precio de la gasolina en bolívares durante los últimos cuatro años.
De igual forma, el censo que autorizó Maduro resulta inviable. Y es que a 147 carros por cada mil habitantes, según el Banco Mundial, el Gobierno tendría que censar 3.000 por minuto para cubrir un parque nacional automotor de 4.400.000 automóviles en apenas tres días.
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Escenarios sobre el precio de la gasolina en Venezuela
Un escenario factible en torno a este Censo Nacional de Transporte ordenado por Maduro es que el Gobierno otorgue un subsidio por la vía del Carnet de la Patria para que los venezolanos paguen unos eventuales nuevos precios del combustible.
Analistas consideran que Maduro prepara un aumento del precio de la gasolina, que en Venezuela tiene un monto ridículamente bajo, para así ajustarlo a precios de mercado internacional (entre 1 y 3 dólares por litro).
Pero en un país que sufre de hiperinflación y tiene una producción de combustible mermada por el colapso interno de PDVSA, no se descarta la posibilidad de que el Gobierno ajuste la gasolina a precios de mercado con una conversión a bolívares bajo la tasa Dicom (dólar oficial a Bs. 186.700).
Si esa medida llega a ser implementada, los venezolanos necesitarán más de 7 millones de bolívares para llenar el tanque de 40 litros de sus vehículos cada dos o tres días. Esto a razón de 1 dólar a Bs. 186.700 por 40 litros, lo que equivale a un total de Bs. 7.468.000. Ese monto es muy superior al salario mínimo mensual de un trabajador venezolano, que se ubica en Bs. 5.196.000.