Un equipo científico australiano efectuaron un sorprendente hallazgo en el que detectaron una proteína de transferencia de lípidos, que podría ayudar a mejorar los tratamientos para elevar el “colesterol bueno”.
La proteína en cuestión es la ORP2, que colaboraría en la lucha contra el cáncer y diversas enfermedades coronarias.
Según lo descrito por la revista 20 Minutos, donde se publicó el resultado del estudio, la ORP2 toma el colesterol de los compartimentos internos de una célula animal y los envía a la membrana de su superficie, para darle fuerza y elasticidad.
Esta membrana puede contener hasta un 90% del colesterol de las células, y producir el HDL (conocido como “colesterol bueno”). Los científicos calificaron a este descubrimiento, hecho por la Universidad de Nueva Gales del Sur, como “un gran paso”.
Hacia nuevos medicamentos
“Al poder aumentar la ORP2, el flujo de colesterol podría permitir el desarrollo de medicamentos que eleven el HDL”, dijo en un comunicado el líder de la investigación, Rob Yang.
Hasta ahora, los tratamientos incluían estatinas para inhibir la síntesis en el hígado del «colesterol malo»; también conocido como lipoproteína de baja densidad. Esto, con el fin de mitigar los efectos de las enfermedades coronarias y las hemiplejias.
“Si bien las estatinas son efectivas para bajar estos niveles, no hacen mucho por elevar las del colesterol bueno; función para la que no existe ningún medicamento en el mercado farmacéutico”, según el estudio.
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Beneficio colateral
Por otro lado, el hallazgo realizado por Yang y su equipo investigativo podría ayudar a combatir el cáncer.
Tal conclusión obedece a que el descontrolado crecimiento de las células vinculado a esta enfermedad, se mitigaría al reducir la cantidad de colesterol producido; algo que es vital para la estructura de la membrana de la célula cancerígena.
«En muchos tipos de cáncer, la ORP2 es hiper regulada, dado que se necesita mucho más colesterol para alcanzar la membrana plasmática para la rápida expansión de las células cancerígenas», recalcó Yang.
«En las células cancerígenas se podría desactivar esto. Quizá si se bloquea la función de esta proteína, puede detenerse el crecimiento y multiplicación rápida de las mismas», detalló.