Un equipo de investigadores escoceses emprendió la modificación genética a un grupo de gallinas, con la intención de que pudieran poner huevos que contienen medicamentos. Los mismos podrían ser utilizados en pacientes con artritis y algunos tipos de cáncer.
Según indicaron, producen estos medicamentos los responsables del estudio, muchas enfermedades aparecen porque el cuerpo no produce de forma natural la cantidad suficiente de un determinado químico o proteína. Estas enfermedades pueden mantenerse bajo control con fármacos que contengan la proteína en cuestión.
Es por ello que la doctora Lissa Herron, investigadora del Instituto Roslin de la Universidad de Edimburgo, junto a su equipo de trabajo lograron insertar un gen humano, que normalmente produce la proteína en las personas, en la parte del ADN de las gallinas encargada de la producción de la clara del huevo.
El equipo se centró en dos proteínas que resultan esenciales para el sistema inmunológico. Una es la IFNalpha2a, que tiene poderosos efectos antivirales y anticancerígenos; y la otra macrófago-LCR, capaz de estimular tejidos dañados para que se logren reparar a sí mismos.
Aunque por ahora se trate de un experimento a pequeña escala, con el tiempo esperan que la producción pueda alcanzar cantidades suficientes para lograr niveles comerciales. Tres huevos que contienen medicamentos son suficientes para producir una dosis, y las gallinas pueden poner hasta 300 huevos por año.
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Ventajas de los huevos que contienen medicamentos
Los investigadores dicen que su nuevo enfoque es más eficiente, con mejores resultados y menos costoso. Una ventaja es que estos medicamentos son 100 veces más baratos de producir, que cuando se fabrican en un laboratorio.
El mayor ahorro proviene de que los corrales, donde se crían las gallinas, son más baratos de construir y cuidar; comparados con aquellos laboratorios y fábricas estériles en las que se producen estos medicamentos.
Por otra parte, Herron advirtió que las gallinas usadas para este fin no solo no sufren, sino que son mimadas en comparación con el trato que reciben las criadas en granjas.
«Viven en corrales muy grandes», dijo. «Se las alimenta y da de beber, además reciben atención diaria por técnicos altamente capacitados. Viven una vida bastante cómoda».
«En lo que concierne a la gallina en sí, para ella es como poner un huevo normal. No afecta su salud en absoluto: simplemente está poniendo huevos como hace siempre», agregó.
Entretanto, la profesora Helen Sang del Instituto Roslin indicó que: «Aún no estamos produciendo medicamentos para el tratamiento de personas. Este estudio muestra que las gallinas son comercialmente viables, para producir proteínas adecuadas para desarrollar fármacos y otras aplicaciones biotecnológicas».