Uruguay.- Según declaraciones del integrante de Südwolle Group, Mirko Lindner, cerca del ochenta por ciento del futuro de la lana uruguaya estará en las certificaciones.
En este sentido, el integrante del grupo alemán y participante del Seminario Internacional de Producción Ovina, organizado por los cincuenta años del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), Mirko Lindner indicó que existe la tendencia al afinamiento de los hilos de fibra de lana de Uruguay lo cual permitirá su comercialización a buen costo en los mercados del mundo.
En el mismo orden, se prevé que el mencionado grupo alemán compra en Uruguay alrededor de mil setecientas toneladas anuales de lana, en un rango entre veinte micras y veintitrés micras. «Adquirimos lanas con setenta especificaciones distintas y distintas modalidades de tratamientos», expresó Lindner, quien agregó además que cuentan con mil trescientos tipos diferentes de hilados y colores dentro de sus estándares de producción.
Al instante de justificar las compras a la nación suramericana de Uruguay, Lindner manifestó que lo realizaban porque las lanas uruguayas «son de tamaño y tipo estándar», pero inmediatamente destacó que existen desafíos importantes para la producción en el país y los futuros convenios de comercialización y distribución.
Como punto central, el especialista aseguró que resulta necesario pensar «en la llamada trazabilidad» de la lana «para ofrecer una perspectiva más clara a los compradores» acerca del productor específico que están comprando. En segundo lugar, opinó la medida voluntaria de «tener una cantidad estable de lana» y «optimizar la producción del hilo específico».
Por otra parte, Lindner enfatizó en la necesidad de trabajar los esquemas de marketing y de marca, debido a que «no solo es producir lana, sino también hay que decirle al cliente final lo que se está fabricando«. Acotó que por medio de estas estrategias el cliente referirá que desea comprar lana uruguaya de calidad.
Es así como Südwolle Group trabaja en varios países, compra veintitrés mil toneladas de tops de lana al año, es decir, quinientas toneladas semanales, que abarcan desde catorce micras a treinta y tres micras y los proveedores oscilan entre los veinticinco y treinta de distintas partes del mundo.