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3 junio, 2023 2:54pm

Las neuronas predicen la sed antes de que aparezca

Estados Unidos.- Según un estudio reciente llevado a cabo en la Universidad de California ubicada en San Francisco, las señales del cerebro estimulan la acción de beber cuando descubren cambios provocados por los líquidos tomados en la concentración de la sangre o en su volumen.

En este sentido, se prevé que la investigación rompe con el enfoque actual de la regulación de la sed, siendo el esquema actual el encargado de estudiar en los libros específicos sobre la regulación de la sed, el cual propicia que una pequeña estructura ubicada en el cerebro juega un papel fundamental en la regulación de la liberación de la sed. Dicho órgano sujeta las neuronas que intervienen directamente el volumen de la sangre.

Cuando estas cuantificaciones se encuentran fuera del rango deseado –el cuerpo de la sangre ha caído o se torna excesivamente concentrado– las neuronas de la sed se movilizan y crean el deseo de beber. «Sin embargo, esta hipótesis no exhibe por qué poseemos todos los días ganas de beber avivadamente antes de que ocurra cualquier cambio en la sangre», expone Sinc Zachary Knight, científico y coautor del trabajo que publica la revista Nature.

De forma contradictoria, tampoco concurre explicación, es decir, no nos avizora de dejar de beber cuando la sed se satura demasiado rápido después de que un individuo comienza a ingerir líquidos. «Bebemos un vaso de agua y al momento apreciamos como se apaga la sed, pero en contexto se precisan decenas de minutos para que el agua alcance la sangre. Si consumimos algo salado al instante concebimos sed a pesar de que la comida está en la boca. Cómo sistematiza el cerebro estas conductas era un misterio», añade el científico.

Las neuronas predicen la sed antes de que aparezca

Señales del cerebro que se anticipan

«En nuestra investigación reconocemos a esta pregunta a través de la ejecución de las primeras grabaciones sobre la actividad de las neuronas de la sed en un animal. Dichas impresiones en ratones evidenciaron que la sed se expresa apresuradamente a las señales de la boca cuando se come o se bebe. Las señales anuncian de la cuantía de comida o de agua que se ha ingerido, por lo que las neuronas de la sed logran adivinar cómo van a cambiar los valores de la sangre un período específico o en el futuro, después de que el agua o la comida agua ya haya ha sido absorbida», dice Knight.

Este pronóstico permite que las neuronas aminoren la sed de beber, justo cuando el agua que se ha consumido es suficiente, a pesar de que la sangre aún no haya doblegado ningún cambio.

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