El palista español Marcus Cooper Walz se ha proclamado campeón olímpico en su debut en unos Juegos Olímpicos. La medalla de oro es para España y la sexta medalla en total de estos Juegos.
[pullquote]Siempre se me ha dado bien el arreón final, lo traía muy trabajado de casa[/pullquote]
España ya tiene su sexta medalla en Río con un espectacular oro logrado en la prueba de K1 1.000 tras una impresionante remontada en una regata donde supo reservar todas sus fuerzas hasta el último momento. El balear empezó fuerte y liderando la prueba, pero sus rivales apretaron desde el comienzo y le llegaron a relegar hasta la quinta posición.
Desde ese puesto, conquistó la victoria a falta de 250 metros, en los que remontó hasta dos segundos de diferencia para terminar con un crono de 3:31:447, el mejor visto en las pistas cariocas hasta el momento en su disciplina. El checo Dostal y el ruso Anoshkin acompañaron al Español en el podio.
Ya lo había anunciado en la previa de esta final el competidor español.
«Siempre se me ha dado bien el arreón final, lo traía muy trabajado de casa«, dijo Walz.
El atleta se aseguró, tras meterse en la final, con el tercer mejor tiempo en otro carrerón de menos a más. Una táctica de mucha paciencia y de confianza en sus posibilidades impropia en un palista de sus 21 años.
Nacido en Oxford, de padre inglés y de madre alemana, se ha criado en Mallorca desde los tres meses y reside en el CAR de Madrid desde hace ya cuatro años. El joven palista, al que no se le tramitó nunca el pasaporte sino hasta hace poco más de un año, nunca se ha sentido otra cosa más que sea español y no ha sido reclamado tampoco por ninguna otra federación.
Su debut en unos Juegos Olímpicos ha sido por la puerta grande y pudo sorprender a sus rivales y a él mismo, que consideraba que su momento llegaría en Tokio 2020. En su palmarés histórico destaca un subcampeón mundial de K2 500 en el 2015 y un bronce en K1 500 en el 2014, a los que Cooper no da demasiado valor.