Las medidas de austeridad adoptadas por el Gobierno argentino fueron motivo suficiente para que miles de manifestantes salieran a las calles en Buenos Aires, este 26 de febrero.
Los manifestantes se mostraron en total desacuerdo cn los recortes a los subsidios de servicios públicos y un imparable aumento de la tasa de desempleo, que los llevó a bloquear las principales carreteras mientras marchaban para protestar por las políticas del presidente Mauricio Macri.
Bajo un cielo de verano, los manifestantes caminaban este martes sobre pilotes y portaban pancartas, mientras golpeaban tambores, con los sindicatos llamando a aumentos salariales en línea con el rápido aumento de los precios al consumidor.
Los argentinos promedio luchan contra una alta inflación y una recesión. Ahora se ven afectados por facturas de agua, luz y calefacción cada vez más caras, a medida que Macri recorta el gasto del Gobierno.
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El Fondo Monetario Internacional y las medidas de austeridad
Las medidas de austeridad que originaron las protestas en Buenos Aires, se enmarcan dentro de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para eliminar el déficit fiscal primario de Argentina para finales de 2019.
El pasado mes de mayo de 2018, una fuerte caída de la moneda argentina llevó al Gobierno de Mauricio Macri a solicitar la ayuda del FMI con un programa que preveía un crédito en tramos hasta 2020 y eliminar el déficit fiscal primario ese año.
El acuerdo se firmó en junio de 2018 y consiste en más de 56.000 millones de dólares de asistencia financiera a tres años, pero también exige objetivos económicos estrictos, como reducción en los subsidios y otras medidas de austeridad.
Créditos del FMI
El próximo mes, el FMI podría desembolsar otros 10.700 millones de dólares a Argentina, como parte del acuerdo que se firmó el pasado mes de junio.
Sin embargo, una nueva devaluación del peso argentino forzó al Ejecutivo a solicitar un adelanto de los fondos -que terminarán según el acuerdo actual este año-, a cambio de alcanzar ya en 2019 el déficit cero y una estricta política del Banco Central.