La misión del FMI (Fondo Monetario Internacional) que visita la Argentina se vio obligada a confinarse tras el positivo por coronavirus de su jefe, el economista venezolano Luis Cubeddu.
En ese sentido, un portavoz de la institución en Washington declaró que la misión del FMI cumpliría “los protocolos de aislamiento”; por lo tanto, las negociaciones para reestructurar la deuda argentina proseguirían según lo previsto, aunque ahora se procederá de forma telemática.
Por su parte, el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, se sometieron a hisopados tras entablar reuniones con Cubeddu y su equipo; sin embargo, los resultados de los funcionarios argentinos dieron negativo.
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Negociaciones para reestructurar la deuda
La Argentina, cuya deuda con el FMI asciende a 44.000 millones más 5.000 de intereses, espera conseguir un aplazamiento que le permita iniciar el repago no antes de 2024.
Guzmán aseguró que la negociación con la misión del FMI se desarrolla “de forma constructiva” y debería concluir positivamente a principios de 2021. Pero existe un tabú: la palabra “ajuste”.
Ante este escenario, el FMI reclama al gobierno argentino un esfuerzo para reducir el déficit fiscal, que a causa de la pandemia rondará el 5% del Producto Bruto Interno a finales de año. Es decir, pide más recaudación y menos gasto: un ajuste.
El sector político más cercano a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner intentó acotar el margen de maniobra de Guzmán con una carta dirigida al FMI el pasado fin de semana. En el texto, los senadores del Frente de Todos requieren al FMI que “se abstenga de exigir o condicionar las políticas económicas de la Argentina para los próximos años”.
El senador Óscar Parrilli, presidente del Instituto Patria (cuartel general de la vicepresidenta y ex presidenta), dijo el lunes que la deuda con el FMI había sido contraída por el anterior jefe del Estado, Mauricio Macri, con fines puramente electorales.
“La deuda del FMI es la deuda de la campaña de Macri”, afirmó. Y añadió: “El FMI siempre pide ajuste y le pedimos que termine con esa política porque es la causante de las crisis que tenemos”. En su carta, los senadores kirchneristas no sólo rechazan la imposición de condiciones: piden una reducción de los intereses y “un plazo de amortización en varias décadas”