A punto de terminar su segundo mandato, el primer presidente negro de EE.UU, se prepara para entrar en la historia por la puerta grande. Liberado de las ataduras que sobrecargaron sus inicios, Obama ha decidido romper paradigmas y, en tiempos de xenofobia y crisis, hablar claro.
Cualquier ocasión es buena para ello, como en la Cumbre de Líderes de América del Norte. Allí, la oportunidad se la brindó, sin saberlo, el presidente mexicano Enrique Peña Nieto. El tema principal era el populismo, pero de quien realmente se habló, aunque sin mencionarlo, fue del polémico candidato republicano Donald Trump.
[pullquote]El presidente de Estados Unidos y su par mexicano coinciden en criticar al candidato republicano, pero entran en discrepancia sobre la definición de populismo[/pullquote]
Se sabe, y es un secreto a voces que el Presidente Obama y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, comparten su apatía por Trump. El Presidente Peña Nieto, con la moderación del invitado, aprovechó la conferencia de prensa final para propinar un golpe indirecto al conocido ogro de México.
En ese ambiente distendido, Peña Nieto aprovechó una pregunta para hacer una referencia leve sobre el populismo y la demagogia. Resaltando que este liderazgo es el que vende respuestas fáciles a las problemáticas mundiales. Y señaló severamente que, “destruyen todo lo que ha costado décadas construir. Pero nada es así de simple y sencillo»
Cuando ya avanzaba la conferencia de prensa, el presidente Obama pidió la palabra para citar el punto por Peña Nieto y hablar de populismo. Lo esperado era que secundara a su vecino del sur. Sin embargo, su intervención fue de incomodidad para el mandatario mexicano, señalando “no estoy de acuerdo en que la retórica a la que se refieren sea populista”.
También afirmó que las personas siempre le han importado: «Quiero que todos en Estados Unidos tengan las mismas oportunidades que yo disfruté». resalta su preocupación por: los pobres que trabajan duro y no tienen oportunidades de progresar, los trabajadores para que tengan voz colectiva, de una buena educación para los niños, de un sistema tributario justo.
«Si los beneficiados por esta sociedad, como yo, pagan más para que otros puedan tener mejores oportunidades… Con eso se podría decir que soy populista”, razonó Obama. Quizá su arpón no iba dirigido a Peña Nieto, sino apuntaba más lejos, directamente a Trump.