Este lunes 7 de enero, el papa Francisco habló sobre las distintas crisis presentes en el mundo; a su vez, expresó su deseo por el diálogo para resolver las dificultades de Venezuela e instó a buscar «vías institucionales y pacíficas» para ello.
En este sentido, el papa Francisco recibió a los 183 embajadores acreditados en el Vaticano para repasar los principales conflictos mundiales en un discurso en el que también se refirió a países como Uruguay, China y la península Coreana, de acuerdo con una reseña de Télam.
Así mismo, el sumo pontífice aseguró que la intención de la Santa Sede no es interferir con los Estados, sino más bien busca trabajar en favorecer la reconciliación y lograr la paz.
«Para la amada Venezuela, que se encuentren vías institucionales y pacíficas para solucionar la persistente crisis política, social y económica, vías que consientan asistir sobre todo a los que son probados por las tensiones de estos años y ofrecer a todo el pueblo venezolano un horizonte de esperanza y paz», sentenció.
Además, enfatizó que la solicitud de la Santa Sede es “ser un observador atento y sensible a las problemáticas que afectan a la humanidad, con el deseo de ponerse al servicio de todo ser humano”.
Lea también: Cancilleres del Grupo de Lima se reunieron en Perú
El papa Francisco también habló sobre Nicaragua
Durante el tradicional encuentro con el Cuerpo Diplomático ante la Santa Sede, Bergoglio también se refirió a la crisis actual de Nicaragua.
«Que las distintas instancias políticas y sociales encuentren en el diálogo el camino principal para empeñarse por el bien de toda la nación».
También dijo que su pretensión es “ponerse al servicio del bien de todo ser humano”; así como el de “trabajar por favorecer la edificación de sociedades pacíficas y reconciliadas
Así mismo, el obispo de Roma se refirió en su denso discurso a los desafíos y esperanzas que vive la humanidad.
Finalmente, recordó que hace 100 años nació la Sociedad de Naciones, que representa el inicio de la diplomacia moderna multilateral, con el objetivo de evitar que “las relaciones recíprocas se dominen por la lógica que conduce a la guerra”.
Además, el papa Francisco recordó que el éxito de esta diplomacia supone la existencia del diálogo leal y sincero entre las partes, como mecanismo para evitar “el dominio del más fuerte sobre el más débil”.