Taipéi.- La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, respondió al discurso de su homólogo chino Xi Jinping, al afirmar que la isla no aceptará un acuerdo político de «un país, dos sistemas» con China.
Así mismo, hizo hincapié en que todas las negociaciones entre ambos lados del estrecho deben ser de un Gobierno a otro.
La presidenta de Taiwán respondió al discurso de Xi Jinping asegurando que nadie puede cambiar el hecho de que Taiwán es parte de China, y que la gente de ambos lados del estrecho de Taiwán deben buscar la «reunificación». Además, Tsai instó a China a comprender el pensamiento y las necesidades del pueblo taiwanés.
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Discurso de la presidenta de Taiwán
En su discurso de Año Nuevo, Tsai Ing-wen recalcó que China debe utilizar medios pacíficos para resolver sus diferencias con Taiwán y respetar sus valores democráticos.
Pero durante su discurso, el presidente de China Xi Jinping prometió que la unificación con Taiwán se llevaría a cabo en un marco de un país y dos sistemas, y que respetaría el sistema social y el modo de vida de Taiwán. Además, garantizaría sus derechos de propiedad y creencias religiosas, entre otros aspectos.
La separación de China y Taiwán
Taiwán y China se dividieron en una guerra civil que llevó al Partido Comunista al poder en China en 1949.
Después de décadas de retórica hostil, China y Taiwán empezaron a tender lazos en los años 80.
China postuló la fórmula conocida como «un país, dos sistemas», bajo el cual Taiwán podría ejercer una autonomía significativa si aceptaba la reunificación con China. La oferta fue rechazada, pero Taiwán relajó las restricciones de visitas e inversiones en China.
En 1991, proclamó el fin de la guerra con la República Popular China. También hubo breves conversaciones entre ambas partes a través de representantes extraoficiales, aunque la insistencia de Pekín en que la República de China en Taiwán es ilegítima no permitió contacto de gobierno a gobierno.
China considera a Taiwán como una provincia separatista y está comprometida con la reunificación, por la fuerza si es necesario. Pero el liderazgo taiwanés asegura que es mucho más que una provincia, arguyendo que es un estado soberano al contar con su propia constitución, líderes democráticamente electos y unas 300.000 tropas en sus fuerzas armadas.