Si bien la microeconomía y las finanzas para los ciudadanos mexicanos de a pie se han mantenido relativamente estables durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador tendrá un reto económico transcendental: revaluar al peso mexicano frente a la hegemonía cambiaria del dólar estadounidense en el país. El peso mexicano recibe los impactos del mercado.
Según analistas, el principal factor que condicionará la política económica de AMLO será la alta volatilidad cambiaria entre la moneda mexicana y la divisa estadounidense. Hasta la fecha, un dólar se vende en México en un rango de entre 20 y 30 pesos.
Dependiendo de la volatilidad del mercado, este reacciona a los distintos estímulos positivos y/o negativos que reciba. El último sacudón no fue precisamente bueno. Y es que luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se refiriera a la inestabilidad del TLCAN, el peso perdió valor y se desplomó en el mercado mexicano frente al dólar.
La pregunta de oro es ¿por qué ocurre esto? Cada vez que algún actor o agente económico macro, como Trump, da proyecciones negativas sobre el impacto comercial externo en el país, el sistema financiero mexicano comienza a canalizar su demanda en dólares para protegerse de un eventual desplome del peso si el país llega a perder ingresos por la férrea guerra comercial que Washington impuso hace un par de meses.
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Impacto del TLCAN sobre el peso mexicano
El establecimiento de aranceles del 25% sobre las importaciones de acero y aluminio de México desde Estados Unidos desencadenó una reacción recíproca de los aliados comerciales del país (Canadá, UE, Turquía y China), lo cual enfureció a la Casa Blanca y esta también les impuso esa restricción arancelaria.
Se ha generado así un estado de incertidumbre en el mercado global debido a las consecuencias que pueda tener el proteccionismo de Estados Unidos sobre el flujo mundial de materia prima, lo que afecta la balanza comercial de sus países receptores de mercancía, entre ellos México, que de hecho es uno los principales compradores de insumos industriales de la potencia norteamericana.
No se descarta que López Obrador llegue a coordinar una política fiscal expansiva mediante la inyección de liquidez en pesos al mercado interno. Esto con el objetivo de incrementar los créditos financieros, estimular la inversión y darle así preponderancia progresiva al peso para estabilizar su tasa de cambio con respecto al dólar.