España.- El pasado 5 de abril, el vocero parlamentario de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, había reconocido frente a los medios de comunicación que luego del acuerdo logrado con el Partido Socialista Obrero de España era «un objetivo en sí mismo entrar en el gobierno», debido a que un «gobierno unicolor del PSOE sería débil». Su honestidad ha roto los esquemas, puesto que Rivera hacía gala de no pedir cargos en sus negociaciones como forma de diferenciarse de Pablo Iglesias.
No ha existido ninguna cláusula secreta, pero luego de las palabras de Girauta se ha asumido con normalidad que si su acuerdo salía adelante, pudieran haber ministros de Ciudadanos. Este martes, en una conferencia con periodistas, un miembro de la ejecutiva afirmaba que «con ese pacto Albert sería vicepresidente», un tema que no se ha podido confirmar hasta ahora.
El secreto general de Ciudadanos, Miguel Gutiérrez, apareció ayer al paso de estas informaciones y aseguró que su partido no ha acordado con el PSOE que Rivera fuese el vicepresidente de Sánchez, en el caso de que hubiese salido adelante el pacto de investidura que firmaron los dos partidos en la pasada legislatura.
Esta cercanía de Rivera con Sánchez en la pasada legislatura constata con la línea negociadora que mantienen con el Partido Popular, que por los momentos, no contempla un voto positivo en la investidura.
El mismo Gutiérrez insistió en que la reunión que van a mantener Rivera y Rajoy la próxima semana no estima un cambio en la postura de Ciudadanos de no negociar nada con el Partido Popular al explicar que el «espíritu» de ese encuentro obedece al interés del presidente del gobierno en funciones de seguir buscando apoyos para continuar al mando del ejecutivo.