Las semillas autoflorecientes son actualmente el producto más popular y avanzado en el mundo del cannabis. Se trata de un tipo especial que florece automáticamente en apenas tres a cuatro semanas luego del proceso de germinación.
Su característica principal es que demoran alrededor de un 30% menos de tiempo en crecer que las plantas tradicionales de cannabis. Con ello, el cultivador puede ahorrar hasta un mes de su tiempo. Estas, además, son una opción manipulable por productores de todos los grados de experiencia.
En esta oportunidad, te acercamos algunas novedosas curiosidades que probablemente no conocías acerca del cannabis. Como siempre sucede con temáticas que despiertan discusiones encontradas, leer e informarnos previamente es la mejor forma de comenzar a abordar responsablemente estos debates.
Cinco novedosas curiosidades sobre las semillas autoflorecientes
1- Las semillas autoflorecientes de cannabis pueden crecer tanto en ambientes de interior como de exterior. Se adaptan a diferentes climatologías, en los climas más cálidos pueden cultivarse al aire libre y cosechar hasta cuatro veces al año. También crecen perfectamente en los países del norte, donde los veranos son muy cortos.
2- Sus necesidades de luz se diferencian notablemente de las de las semillas de cannabis tradicional. De hecho, las semillas autoflorecientes no requieren que el horario de luz cambie a 12/12. Ya que entran en la etapa de floración de modo casi automático tras un cierto tiempo vegetativo, independientemente de las horas de oscuridad.
3- Su término específico es Cannabis Ruderalis, una subespecie del Cannabis Sativa originaria de Europa central y oriental. Particularmente, surge de regiones de Rusia y sur de Siberia, zonas de climas fríos donde las condiciones meteorológicas son especialmente extremas.
4- Fue hallada por botánicos soviéticos en la década de 1920 y ciertamente subestimada, dado que no le encontraron ninguna utilidad que mereciera su atención. Ello debido a que esta planta presenta un bajo contenido de THC, uno de los principales componentes del cannabis y al que se le atribuyen las propiedades psicoactivas.
Del mismo modo, se desestimó su uso como materia prima para la obtención de papel y fibra debido a su tamaño relativamente pequeño. Actualmente, sin embargo, estos aspectos pueden ser genéticamente manipulables. Así, se obtienen semillas autoflorecientes de cannabis con cogollos impregnados de resina y un alto volumen de THC, cuya cosecha es factible en 9 semanas.
5- En los años setenta, muchas de sus ventajas y propiedades alcanzaron una importante repercusión. Comenzó a valorarse su significativa genética de autofloración y sus amplias capacidades de supervivencia. Tales como su veloz desarrollo, adaptación a los cambios de temperatura y la resistencia a las plagas e insectos.
No obstante, la aparición de semillas autoflorecientes en el mercado es relativamente reciente y supuso un importante cambio de paradigma. Con ellas, el cannabis deja de ser una planta necesariamente fotodependiente. Hasta entonces el cultivo de una planta de cannabis tradicional exigía lo que se conoce como fotoperíodo, esto es que el tramo de oscuridad durante su período de cultivo se situase por sobre las 12 horas.
Hoy por hoy, numerosos bancos de semillas como Fast Buds se dedican al desarrollo genético de esta variedad y un abanico numeroso de semillas autoflorecientes se ha posicionado fuertemente en el mercado. Elegidas, sobre todo, por las posibilidades de su fácil cultivo y rápido crecimiento.