Si algo ha incomodado a través de los años a la juventud son esos molestos granitos que suelen aparecer en la cara y espalda. Basados en el hecho de que los actuales tratamientos para combatirlos acarrean marcadas consecuencias, un par de investigadores dieron con un hallazgo que podría contribuir a curar el acné.
Hasta la fecha, los tratamientos que existen para curar el acné son, mayoritariamente, en base a un fármaco denominado isotretinoína; que suelen secar extremadamente la piel y provocar dolor muscular. Además, no puede ser empleado por mujeres embarazadas porque puede generar defectos de nacimiento a su bebé.
Por esta razón, los profesores Jonathan Baker del St John’s Institute of Dermatology, y Michael Simpson del Genomic Medicine Group del King’s College de Londres; encararon una investigación para descubrir si algún componente genético es el causante de esta enfermedad.
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El hallazgo
Los científicos estudiaron el ADN de 26.722 personas, de toda Inglaterra, 5.602 de las cuales, eran pacientes con acné severo. Identificaron variaciones genéticas en 15 regiones del genoma, que eran comunes en las personas con acné más agudo.
La investigación se basó en las variaciones genéticas comunes a todos los casos. Hallaron muchas regiones del genoma que están involucradas en el acné.
Una de las variantes genéticas descubierta es conocida por estar vinculada con la extraña condición de la displasia ectodérmica (desórdenes que afectan la última capa del tejido del embrión que ayuda a constituir la piel, las glándulas sudoríparas, el pelo, los dientes y las uñas).
Esto causa escasez de cabello y vello del cuerpo. Ocurre cuando las personas tienen dos copias de la versión mutante del gen WNT10A. Por su parte, los que tienen solo una copia de este gen están protegidos contra el acné.
A criterio de los investigadores
Ante este hallazgo, el profesor Simpson declaró: “Estamos realmente excitados por haber encontrado muchas regiones del genoma que están involucradas con el acné. Es sorprendente que muchas de las variantes parece que influyen en la estructura y función del folículo del pelo”.
Agregó que la variación genética puede afectar el tamaño de esos folículos del pelo, y hacerlos más proclives a las bacterias y la inflamación; que son las características del acné.
“Un número de variantes genéticas indica mecanismos interesantes, que podrían ser buenos puntos de partida para nuevas drogas o tratamientos que realmente ayudarían a los pacientes”, dijo el investigador.
En opinión del profesor Barker, aplicando avances genéticos, el acné no debería darse nunca más.
“Es un gran giro hacia adelante. Cuando nos internamos en las bases genéticas de una condición, pueden desarrollarse tratamientos mucho más efectivos para curar el acné. Para las personas con acné, es importante tener tratamientos disponibles. Necesitamos tratarlos en la primera etapa para que el paciente no tenga cicatrices después de la enfermedad», aseguró.