Uruguay.- Los agricultores y productores de cebolla se encuentran preocupados por la situación climática de Uruguay y los bajos precios de venta del rubro, los cuales no cubren los costos de producción.
[pullquote]Después de la papa, la cebolla es el rubro hortícola con mayor demanda junto con la zanahoria.[/pullquote]
En este sentido, las dos situaciones adversas no dependen de las actitudes de siembra y cosecha, sino que van de la mano con políticas del Gobierno Central. Es así como se observan labores atrasadas en las faenas diarias de las granjas debido a las condiciones meteorológicas de las últimas semanas, las cuales han variado de luminosidad intensa a lluvias incesantes.
En el mismo orden, Gerardo Martínez, productor de cebolla designado recientemente como líder y presidente de la Asociación de Productores Agrícolas de Canelones (APAC), manifestó que el atraso de la producción contempla de quince a veinte días de pérdida para cada agricultor.
Martínez comentó que generalmente la siembra comienza a principios del mes de agosto para las variedades tempranas de cebolla y un mes después, aproximadamente, para las tardías. «Esta planificación no podrá llevarse a cabo durante este año, a menos que en próximas horas el comportamiento del clima resulte totalmente favorable», refirió.
La otra dificultad contemplada es el precio, el cual según Gerardo Martínez ha mejorado, pero se mantiene dentro de los niveles muy bajos, considerando el capital recibido por los productores en una jornada de zafra con múltiples complicaciones y máxima generación de volumen del rubro.
«Cuando se realizó la venta de la primera parte de la producción, el precio era deliberadamente muy bajo, cerca de doscientos pesos por la bolsa de veinte kilos de cebolla», destacó Martínez al tiempo que afirmó que actualmente se encuentra en trescientos setenta pesos, de los cuatrocientos necesarios que deberían avivarse como promedio en la cosecha para que las cuentas cierren sin pérdidas.
Resulta necesario alcanzar un precio promedio de cuatrocientos pesos por bolsa en la zafra. Lo cual generaría el capital necesario para cubrir los incrementos que existen en los costos de producción y lograr un margen que permita propiciar inversiones en la infraestructura productiva, contempló Martínez.