Montevideo. El turismo rural y enológico de Uruguay busca colocarse como una pieza clave para enamorar a los turistas que llegan al país por períodos breves; esta es una estrategia que apela al carácter natural del país y a la cercanía del ámbito rural, de gran importancia para su economía.
En este sentido, los turistas que llegan a los principales centros turísticos del país, como lo son: Montevideo, Colonia o Punta del Este, muchas veces disponen de poco tiempo, tienen a su disponibilidad un variado abanico de propuestas «atendidas por sus propios dueños», expresó Alicia Morales.
«No es la experiencia de acercarse al campo uruguayo, sino al dinamismo de poder compartir con los habitantes del mismo, la familia rural y todas su cultura «, explicó la empresaria.
«Son lugares que no dependen de energías que no sean renovables y que están preocupados por la protección a la biodiversidad. Realmente son iniciativas que además muestran que el país está en el camino de la protección y de lo natural», indicó Morales.
El ambiente familiar de los establecimientos es un denominador común también para las propuestas que involucran bodegas, según indicó a Efe Francisco Pizzorno, miembro de la directiva de la Asociación de Turismo Enológico de Uruguay (Ateu).
«El hecho de que sean familiares hace que llegues a la bodega y te encuentres con la tercera o cuarta generación que la gestiona y puedas conocer al propio dueño de la bodega. De esta manera, la visita se convierte en algo interactivo y le da al turista la sensación de estar en casa», afirmó Pizzorno
En Montevideo y sus alrededores se concentran el 50% de las bodegas del Uruguay, cuyos vinos han logrado un lugar cada vez más significativo en las copas de todo el mundo, en especial su variedad más típica, el tannat, un elemento clave para el posicionamiento de la marca país uruguaya en el mundo.
Para las personas que van de pasada a la capital; es decir, una visita rápida solo para tomarse fotos o conocer algo diferente, los establecimientos de esta zona están a 45 minutos máximo del centro de la ciudad, lo que le da al turista una alternativa super accesible, expresó el representante de Ateu.
«La idea de esta maravillosa iniciativa es que aprendan algo, que se lleven un concepto, que sientan un poco de una cultura que está en el medio entre lo gauchesco y lo rico del vino, dijo Pizzorno.»